El marco para la Buena Enseñanza está netamente vinculado al desempeño del docente, a la forma de actuar en la clase, a la transmisión de los contenidos obligatorios, en fin, todo gira en torno a él. El profesor debe saber lo que enseña, lo que transmite, las dificultades de sus alumnos, debe también crear sus propias herramientas para transmitir conocimientos.
Si hacemos un análisis y comparamos el Marco para la Buena Enseñanza con el decreto 232 y 220 nos podemos dar cuenta que éste está vinculado a lo que los alumnos durante la etapa escolar deben aprender, es lo que se espera que ellos aprendan y desarrollen a lo largo de su vida, para alcanzar su formación personal, moral y social.
Como sabemos, es tarea del profesor transmitir, pero es responsabilidad del alumno aprender y tener la disposición para conseguirlo. No podemos esperar que sólo el docente transmita y el alumno no colabore.
El profesor debe ser un modelo a seguir, él transmitiendo lo que se le exige que enseñe, no puede alejarse de la realidad de cada niño, siempre debe considerar las dificultades, los temores e incluso la edad de cada individuo al que se le enseña. En sí, el docente debe ser un maestro capaz de reorganizar, establecer, enseñar y transmitir valores, ideas, incluso expectativas a cada niño que tiene en su sala de clases.
Si hacemos un análisis y comparamos el Marco para la Buena Enseñanza con el decreto 232 y 220 nos podemos dar cuenta que éste está vinculado a lo que los alumnos durante la etapa escolar deben aprender, es lo que se espera que ellos aprendan y desarrollen a lo largo de su vida, para alcanzar su formación personal, moral y social.
Como sabemos, es tarea del profesor transmitir, pero es responsabilidad del alumno aprender y tener la disposición para conseguirlo. No podemos esperar que sólo el docente transmita y el alumno no colabore.
El profesor debe ser un modelo a seguir, él transmitiendo lo que se le exige que enseñe, no puede alejarse de la realidad de cada niño, siempre debe considerar las dificultades, los temores e incluso la edad de cada individuo al que se le enseña. En sí, el docente debe ser un maestro capaz de reorganizar, establecer, enseñar y transmitir valores, ideas, incluso expectativas a cada niño que tiene en su sala de clases.
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